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Los hilos nos ofrecen la posibilidad de rejuvenecer nuestra cara, un efecto lifting que logrará hacer que nuestro rostro recupere su tensión y aspecto rejuvenecido, en definitiva, que nuestra piel luzca con una mayor vitalidad.
Esta vitalidad de la piel se consigue debido a que los fibroblastos generan colágneo y elastina alrededor del hilo produciendo una redensifiación de la dermis por un lado y mayor tensión por el otro.
Los hilos tensores están compuestos por polidioxanona, material biocompatible; que no produce alergias.
Los hilos tensores son hilos del mismo material biocompatible y biodegradable que presentan espículas y que se anclan en la piel para luego generar la tensión y tracción de ese vector hacia arriba.
El tratamiento se realiza con anestesia tópica y requiere ciertos cuidados posteriores. El médico especialista debe informar todo acerca del plan de tratamiento y dar las indicaciones pertinentes.
Previamente a la intervención, se debe evaluar con el profesional las posibilidades y los distintos tratamientos estéticos que podrían solucionar nuestros problemas.
En principio los hilos monofilamentos se usan en pacientes más jovenes; a partir de los 30 años para dar mayor densidad a la piel y prevenir la flaccidez y pérdida del óvalo facial que va apareciendo con los años. Para ello se busca hacer una malla de hilos en la dermis que van a estimular al fibroblastos para que comience a trabajar.
Con ello podemos dibujar el óvalo facial, mejorar la tensión en el cuello, en las mejillas, alrededor de los ojos.